A diferencia del Drowned World Tour, en que hizo gala de una puntualidad británica, ayer en BCN la Reina del Pop se hizo esperar 20 minutos sobre la hora prevista. Quizás el hecho de que no llenase el Estadi Olímpic no ayudase, ni tampoco el cielo, que amenazaba tormenta (¡qué gran ironía hubiese sido ver llover al ritmo del Rain enlazado con el Here Comes The Rain Again de Eurythmics!).
El repertorio era prácticamente el mismo que el del año anterior, ahora te cambio un Hung Up por un Frozen, y ahora un Borderline por un Holiday, homenaje al gran Michael Jackson incluido (Paul Oakenfold, artista invitado también le hizo un guiño de ojo al Rey del Pop). Sin embargo mi momento favorito sigue siendo esa Britney Bitch que se ve de fondo, metida en el interior de un ascensor, mientras suena Human Nature.
Yo a Madonna la vi mucho más accesible esta vez, con un espectáculo cada vez más certero. Esperemos que no tardemos 8 años en volverla a ver por aquí.