La gran sorpresa de la noche de los Oscars fue cómo Sean Penn se hizo con la dorada estatuilla que todas las quinielas adjudicaban a Mickey Rourke, el gran favorito. En casa fantaseábamos con la idea de ver subir al escenario a Loki, junto a su dueño, a recoger el premio, cuando la noche previa nos enteramos de la defunción del famoso chihuahua y una gran congoja se apoderó de nosotros.
¡¡¡Mickey, recibe nuestro más sentido pésame!!!
1 comentarios:
The Class photography!.
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