
 
"Cold is the colour of crystal the snowlight
That falls from the heavenly skies
Catch me and let me dive under
For I want to swim in the pools of your eyes" 
.
(PORTADAS: ELLEN VON UNWERTH)

 
(PORTADAS: ELLEN VON UNWERTH)
 
 En la época del blanco y negro se probaban los materiales frente a la cámara antes de confeccionar el vestido, porque, a pesar de todo, el color poseía una crucial importancia.
En la época del blanco y negro se probaban los materiales frente a la cámara antes de confeccionar el vestido, porque, a pesar de todo, el color poseía una crucial importancia.
 
El negro_y, sobretodo, el terciopelo negro_estaba absolutamente proscrito. Josef von Sterberg tuvo que hacer gala de todo su saber para fotografiar los vestidos negros que tanto me gustaba llevar.”
(MARLENE DIETRICH)

 "Estaban en grandes cajas cuadradas, grandes cajas alargadas, cajas hondas, cajas planas. Yo no sabía que en el mundo hubiesen tantos pájaros con plumas negras. Rizadas, onduladas, puntiagudas, desmayadas, temblonas, unas bajaban y otras subían, simplemente, estaban inertes en la caja, negras, selváticas, de mal agüero. Mi Madre caminaba entre los recipientes, acariciando, hundiendo, las manos en el contenido, peinando con los dedos, sopensando, estudiando la forma, el matiz y el reflejo de la potente luz que caía del techo del gran probador. ¿Avestruz? Muy gruesa, pero un poco vaciada, quizá para un salto de cama en otra escena. ¿Aigrette? muy rígida, pero se encargaron unos cuantos en blanco, para el sombrero en una escena posterior en la que quizá fuera necesario aliviar un poco el negro. ¿Ave de paraíso? admitía mal el tinte. ¿Garza? Excesivamente fina y desflecada. ¿Cisne negro? Poca consistencia y mate. ¿Cuervo? Muy duras. ¿Águila? Muy anchas, sólo aptas para películas de Indios. ¿Marabú? Muy fofas. Detrás de ella, Travis Banton preguntó a su ayudante dónde estaba la última partida llegada del Amazonas cuando, bruscamente, se interrumpió y giró sobre sus talones: "¡CHARLIE!, Tráeme gallos de pelea, las plumas de la cola de gallos de pelea Mexicanos. Y, si no son lo bastante irisadas, podemos darle un baño verde".
___¡El plumaje que llegó finalmente para el célebre look de Shanghai Express debían estar en unas condiciones soberbias, porque, cuando llegaron las plumas, su brillo tornasolado negroverdoso era tan intenso que se advertía incluso a través del papel de seda en el que venían envueltas!. Hasta mi madre quedó satisfecha."
"Estaban en grandes cajas cuadradas, grandes cajas alargadas, cajas hondas, cajas planas. Yo no sabía que en el mundo hubiesen tantos pájaros con plumas negras. Rizadas, onduladas, puntiagudas, desmayadas, temblonas, unas bajaban y otras subían, simplemente, estaban inertes en la caja, negras, selváticas, de mal agüero. Mi Madre caminaba entre los recipientes, acariciando, hundiendo, las manos en el contenido, peinando con los dedos, sopensando, estudiando la forma, el matiz y el reflejo de la potente luz que caía del techo del gran probador. ¿Avestruz? Muy gruesa, pero un poco vaciada, quizá para un salto de cama en otra escena. ¿Aigrette? muy rígida, pero se encargaron unos cuantos en blanco, para el sombrero en una escena posterior en la que quizá fuera necesario aliviar un poco el negro. ¿Ave de paraíso? admitía mal el tinte. ¿Garza? Excesivamente fina y desflecada. ¿Cisne negro? Poca consistencia y mate. ¿Cuervo? Muy duras. ¿Águila? Muy anchas, sólo aptas para películas de Indios. ¿Marabú? Muy fofas. Detrás de ella, Travis Banton preguntó a su ayudante dónde estaba la última partida llegada del Amazonas cuando, bruscamente, se interrumpió y giró sobre sus talones: "¡CHARLIE!, Tráeme gallos de pelea, las plumas de la cola de gallos de pelea Mexicanos. Y, si no son lo bastante irisadas, podemos darle un baño verde".
___¡El plumaje que llegó finalmente para el célebre look de Shanghai Express debían estar en unas condiciones soberbias, porque, cuando llegaron las plumas, su brillo tornasolado negroverdoso era tan intenso que se advertía incluso a través del papel de seda en el que venían envueltas!. Hasta mi madre quedó satisfecha."
 
 
 
 
 “Cuando conocía Elizabeth, en su época de Cleopatra en la Roma de los años 60, los paparazzi no podían tratarla con mayor brutalidad: sacaban atroces planos cortos de la cicatriz de su traqueotomía y distribuían las imágenes a los medios del mundo (…)
La prensa del morbo estaba obsesionada con el lado oscuro de Elizabeth, explotando su frágil salud más allá de todos los cánones del buen gusto y rogando al cielo de ser testigos de su hundimiento. Pero ella volvió a la carga y les dio una lección. Era una auténtica superviviente.
 “Cuando conocía Elizabeth, en su época de Cleopatra en la Roma de los años 60, los paparazzi no podían tratarla con mayor brutalidad: sacaban atroces planos cortos de la cicatriz de su traqueotomía y distribuían las imágenes a los medios del mundo (…)
La prensa del morbo estaba obsesionada con el lado oscuro de Elizabeth, explotando su frágil salud más allá de todos los cánones del buen gusto y rogando al cielo de ser testigos de su hundimiento. Pero ella volvió a la carga y les dio una lección. Era una auténtica superviviente. 
 
 
 
 
