
"Sólo tuve una ocasión de trabajar en el cine con Orson Welles en Sed De Mal. El presupuesto que la Universal concedió a Welles fue miserable, como una limosna que se ofrece a un mendigo. Welles se vio obligado a llamar a sus amigos, entre ellos Mercedes McCambridge y yo...
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Como von Sternberg, Orson Welles me dijo que me preparara el vestuario y que me presentara en el plató la fecha prevista, dispuesta a empezar el rodaje(...)'En la película dirigirás un burdel mexicano'-me había explicado-'así que elige el vestuario adecuado y preséntate puntual'

Entre la cantidad de enseñanzas que recibí de Orson Welles hay una que se refiere al amor:
'Acuérdate bien de lo que te voy a decir. No puedes hacer feliz al hombre que amas aunque le obedezcas y hagas lo que él desea si tú no eres feliz'"
(MARLENE DIETRICH)