"Estábamos en Gucci y él había escogido y amontonado sobre un mostrador unas dos docenas de carísimos jerseys. De pronto, los agarró todos y salió caminando tranquilamente a la calle, donde estaba lloviendo a cántaros. Tiró los jerseys al suelo y empezó a darles patadas.
Los empleados de Gucci se lo tomaron con calma.
Uno de los dependientes sacó un bolígrafo y un talonario de facturas y me preguntó: '¿A nombre de quién debo cargar estos jerseys?' (...) Dijo que necesitaba alguna identificación, así que salí a la calle, donde Monty seguía propinando patadas a los jerseys, y le pregunté si tenía alguna tarjeta de crédito. Me miró con una altivez absolutamente maníaca y desproporcionada y me dijo:
'¡Mi rostro es mi tarjeta de crédito!'"
(TRUMAN CAPOTE)
fotografías: Norman Parkinson
9 comentarios:
Qué anécdota más dada a malpensar, ¿no? ¿Qué hacía Capote comprándole ropa a Monty Clift? ¿Y por qué le dio esa rabieta? ¿Y con lo de que su cara era su tarjeta de crédito quería decir la guarrada que estoy pensando? Ay, por Dios, cómo me he levantado... xDDDD
Monty no seas maleducado, que para impresionar a Capote hace falta mucho màs que eso.
impagable
¡Qué guapo, por Dios! Y qué vida triste se forjó. Dijo Monroe que Clift era la única persona más infeliz que ella misma.
QUE MONO ERA! Y QUE LOCA ESTABA!
Eso si, la escena es de aplauso.
Algunas de las mejores escenas del cine no estan dentro de el.
Imagino la cara de Capote y nos quedaremos sin saber que contestó o pensó después.
El titulo de esta entrada y el contenido, se besan.
De las tiras de fotografias, la última de la segunda tira, es la expresión que más me recuerda a el.Como buscando luz. Me gustan hasta los alfileritos que las sostienen.
Pd: El "Floating In to the night" es otra joyita que cuido como oro en paño.
Y ese video lo encontré por casualidad, creo que es un proyecto experimental de alguien. Y me encantó como banda sonora de los dias pasados.(como pasan los dias)
Rebe-sos!.
Montgomery Clift fue mi amor platónico de adolescencia desde que lo vi en "De repente el último verano", donde Liz se lucía en la pantalla como sólo ella ha sabido.
Absolutamente de acuerdo contigo ANÓNIMO!!!
GRACIAS POR TU POST!!!
Qué guapo era, y qué fantástico actor. No conocía esta anécdota contada por Capote. Sí otra, que se refería (parece ser que al final, es verdad que Clift estaba un poco neurótico y mal), a que en una semana se le habían roto, o había roto cuatro ó cinco espejos grandes, de los de baño ó armario. Capote decía que en una de esas fases, el hombre iba rompiendo todos los espejos que tenía alrededor. Pobrecillo.
Besotes.
Joder, qué anécdota más triste y amarga, ¿no?
No sé...
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